El joven que violó a otra en los baños de un bar irá a la cárcel.

El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 6 años de prisión y otros 15 de prohibición de comunicación con la víctima a Enrique Magallón González, de 34 años, que violó a una joven de 21 años, en los baños de un bar de la capital aragonesa, en el 2014. Fue condenado por la Audiencia de Zaragoza.

Los magistrados del Alto Tribunal rechazaron el recurso interpuesto por el procesado, quien aseguró que se quebrantó su presunción de inocencia, así como la cadena de custodia de las pruebas, entre otras cuestiones. El abogado de la agresida sexualmente, Antonio Muñoz, se opuso a estos argumentos.

Todo ocurrió una madrugada de marzo de hace dos años cuando Enrique Magallón González coincidió con la joven en un establecimiento de ocio nocturno. Cuando se percató de que ella se iba al escusado, esperó unos segundos para no levantar sospecha y se dirigió a los aseos, donde se abalanzó contra ella, que permanecía sentada en el retrete. La cogió con decisión de los brazos y la puso en pie contra la pared, empujándola con tal ímpetu que le causó una contusión con hematoma al lado del ojo derecho. Enrique Magallón González aprovechó que estaba limitada para defenderse, puesto que tenía las medias y la ropa interior hasta los tobillos, para darle la vuelta y penetrarla. Fue una amiga quien, preocupada por la tardanza de esta en salir del baño, acudió a los servicios y descubrió todo. Fue en ese momento cuando la víctima salió corriendo.

El Tribunal Supremo señala en su sentencia que no cabe admitir el recurso porque hay suficiente prueba como para que este zaragozano de 34 años sea declarado culpable. Resalta que la declaración de la víctima fue «persistente» tanto durante la investigación como el día del juicio, que «hay ausencia de motivos espurios como para denunciar falsamente» o que su testimonio es corroborado por el informe de los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA).

Los jueces coinciden con sus compañeros de la Audiencia Provincial de Zaragoza, quienes calificaron de «nada convincente» que el acusado admita los hechos, salvo que el acto sexual fue voluntario.