Preguntando a nuestros clientes a cerca de qué valoran realmente a la hora de contratarnos, obtuvímos algunos comentarios que fueron muy interesantes:
"Buscamos a alguien que no esté con nosotros solo por el dinero, que se sienta comprometido en una relación de largo plazo, un verdadero socio, conocedor, y que practique lo que predique. Que mantenga en alto sus principios y sus valores y que no tema a la verdad. No queremos un yes man."
Otro comentario fue que "el objetivo primario del consultor debe ser ayudar a su consultado a mejorar". La mayoría de los Consultores se dedican a atosigar a su consultado con productos y paquetes, y a hacerle tragar nuevas ofertas de servicios. Esta es una clara señal de que no se están cuidando los intereses del cliente.
Honestidad y ética son altamente valoradas. Un buen consultor "sabe qué se necesita y como hacerlo. Si no lo sabe, se lo dirá; no le llevará de la mano en un camino a ciegas". Un buen consultor tiene el compromiso de decir la verdad, no a decir lo que la gerencia quiere oir. Experiencia, pragmatismo, habilidades personales, énfasis en los factores humanos, etc.
Los Consultores deben estar orientados hacia el cliente. Un cliente nunca es igual a otro, por lo que el proceso debe ser ajustado a la medida en cada caso. El énfasis debe estar en la gente y en la cultura de la empresa primero. La escucha activa de lo que necesita el cliente y nunca ofrecer un paquete prehecho.
El objetivo final: lograr "Clientes satisfechos, clientes satisfechos y clientes satisfechos".
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